LLego otra noche, después de un largo día
y siento que estoy triste, pues extraño...extraño tanto
tu ternura, tu piel, tus caricias, tus besos.
Madre, a pesar de que ya no estas aquí;
aún conservo la fragancia de tu cuerpo;
tu risa, tu alegría, tu inmenso amor.
Yo te recuerdo más que nunca y
mi corazón te busca.
Te quiero hacer tantas preguntas
y nada es fácil sin tu ayuda.
No existen alegrías, solo existe tu recuerdo
y hoy, esta ausencia tuya, me hace sentir perdida.
Madre serás mientras yo vivía el amor
que nunca se olvida.
A mi lado sufriste cuando me viste vencida
es tanto lo que yo te debo y ya nunca podré
decirte te quiero.
No volveremos a hablarnos, me e quedado sola
con el alma vacía, y aunque jamás volverás
a estar aquí, no voy a olvidarte, no olvidare
las horas vividas.
Madre daría lo que tengo, por sentir solo un
momento tu mano en la mía, por una caricia;
por un beso, por un te quiero.
Madre tu bien sabes que a veces a pesar de todo
me siento sola, si pudieras leer este poema que
escribo solo para decirte, que quiero estar contigo.
Con tu partida todo terminó y ya estoy convencida
de que así, tienen que ser las cosas,
aunque nos cueste comprender
y tarde en sanar esta herida.
Madre tu vida fue mi vida
en el punto de llegada y partida.
